Ibort. La cronica

Voy a contaros lo sucedido en la fiesta de solsticio de invierno del fin de semana del 22 de diciembre. Llego tarde pero es que esperaba algunas fotos.

Capitulo 1: La odisea

El viernes por la tarde David el rubio y yo marchamos hacia Ibort. Allí esperaban Carmeneta chispireta y otro David(parecia una convención de Davices aquello). Neta nos había dicho que no tenia perdida y yo me lo creí. Nos pasamos de largo de la salida que teníamos que tomar desde la carretera y llegamos hasta Sabiñanigo. Allí dimos la vuelta y casi nos volvemos a pasar de largo por que no había un solo cartel que indicara Ibort. Nos metimos en el camino asfaltado que nos iba a llevar a nuestro destino y encontramos el primer cruze. Hay unas flechas y unos nombres pero Ibort no. Llamo a Neta y me dice que vaya por la izquierda y que no hay mas cruzes. Seguimos y a los dos minutos encontramos otro cruze con mas flechas y sin que pusiera Ibort por ningún lado. Tiramos para la derecha y pasamos una vía de tren. Al poco vuelvo ha llamar a Neta que nos dice que teníamos que haber elegido el otro camino. Media vuelta y a seguir. Por fin vemos unas casas a la izquierda y nos metemos. Llamo otra vez. ¿"Donde estáis"? "Creo que en el pueblo" respondo yo. "Espera que salgo a ver si os veo. Os veo pero estáis abajo. Venid hacia la derecha". Hago caso y nos metemos con el coche en un campo de fútbol. Después de meternos gol con coche y todo vuelve a llamar Neta. "Os habéis metido a la parte de abajo del pueblo. Cojed el camino otra vez." Salimos al camino y allí esta ella al fin. "¡¡¡¿Conque no tenía perdida?!!!¡¡ Ya veras el resto de la peña!!"

Capitulo 2: Los carteles

Dejamos nuestras cosas y elegimos cama para dormir en el albergue. Es majo. Cenamos lo que habíamos llevado y alguna minucia hecha en la chimenea y nos liamos a beber y a tocar la guitarra. Una vez que ya nos habíamos cocido bastante nos ponemos a hacer carteles indicativos para que la gente no se perdiera, y una pancarta de bienvenida, a nuestro estilo.
El Sábado por la mañana fuimos a pegar los carteles. Volvemos al albergue y empezamos ha tomar cervecitas a la hora del vermut. David el rubio y yo ya no pararíamos hasta las siete de la mañana. Empieza a llegar gente a la hora de comer y preparamos un par de pizzas y un poco de lomo en una cocina que estaba fuera del albergue, en un edificio colindante, y que olía a cuadra. Al poco de comer llegan los de Caspe. Sacan unos cajones flamencos y poco cuesta que empiece el sarao.

Capitulo 3: La fiesta

Tiriquitraun traun traun... Desde las cinco de la tarde, calculo yo, hasta las nueve hubo flamenquillo y rumbas. Pepín con los pitos y gaitas y el resto con guitarras y cajones. Los canutos no paran. A las nueve preparamos cena a la brasa y nos ponemos las botas. A continuación llega un extraño personaje a la casa. EL CHAMAN. Con los rezagados se completaba la expedición. En total 24 mas o menos. Seguimos con la fiesta y el chaman saca setas mágicas para todo el que quiera. Al poco el descojono es ya total mientras seguimos tocando. David R. se queda embebido tocando un cajón flamenco con su clásica cortina de pelo hacia delante mientras el chaman esta de rodillas en el suelo, encanado, rezando a algún extraño dios de la risa. A la una de madrugada vamos a dar una vuelta y Neta dice que no hace tanto frió y que por que no la montamos en la iglesia. Yo la apoyo totalmente pero frió hacia. Mas que nada por que mi coche estaba helado. Llevamos el equipo a la iglesia y después de problemas técnicos empieza a sonar. Fuera, en la plaza, hacen una hoguera. En la iglesia nos quedamos cuatro, y alguno que iba y venia, por que hacia un frió de la ostia. las cervezas estaban mas frías cuando llevábamos media bebida que al abrirlas. Aun así aguantamos hasta las siete. David el rubio era un show. Parecía que si se quedaba quieto se caía e iba dando grandes zancadas adelante y atrás para mantener el equilibrio. Tras algún problemilla para que Lourdes se subiera a su litera nos tumbamos en las camas.

Capitulo 3: Comida popular y la despedida

A las diez y media o las once se levanta todo dios y se van. Yo me quedo durmiendo y bajo a las dos mas o menos. Allí, en la plaza, se estaba bailando el palotiau de San José. Ya había habido otras actividades como tiro con arco, malabares... Preparamos la comida. Un mogollón de cocido y alguna cosilla a la brasa. Comimos y recogimos bastante rápido. Es el momento de la despedida después de un par de días de muuuuchas risas y mucha fiesta. Para primavera otra igual.

Aquí tenéis el vídeo con multitud de fotos y la letra de una canción que escribí para la ocasión pero que no toque por que no la había acabado aún.