Cosas raras

Hoy ha sido un día normal. Después del intento fallido de ir al cine, y pegarme mas de tres horas jugando a la wii en casa, estaba muy rallado y he decidido irme a tomar algo por ahí. He tomado un par de pintas en el irlandés de la C/Cadiz y hemos ido a cenar al Gallizo. Un bocata, una jarra, y para fuera. Nos hemos tomado un té en la tetería y todo el mundo se ha ido para casa. Yo ya estaba dispuesto a seguir un ratillo de bares por que una vez que arranco... El caso es que el Jinete del viento ya estaba en casa, sorprendentemente, y me he ido yo a la mía algo compunjido a la vez que pensaba que casi mejor. He subido andando, como siempre, y reflexionando sobre mil cosas. La niebla me ha hecho meditar sobre el curioso parecido de la meteorología con mis pensamientos; a veces nublados, a veces despejados, a veces con niebla... En fin, he llegado al portal. He entrado presuroso por que el frío me estaba quebrando los huesos, y no se por que extraña razón he ido a ver si han metido algo en el buzón. Esto ultimo a las 12:30 de la noche no se si es muy normal por que durante el día ya se ha mirado por lo menos dos veces. El caso es que meto la mano y saco un librillo de smoking a medias. Lo primero que he pensado es que lo llevaba en la chupa que me quitaron y me lo han devuelto pero no lo creo. Seguramente el chorizo fumaba canutos y se lo habría quedado pero...¿¡QUIEN COÑO ME HA METIDO ESO EN EL BUZÓN!?¿¡POR QUÉ OSTIAS CADA DÍA ME PASA ALGO RARO!? Supongo que es lo que tiene parar poco por casa. El porcentaje de posibilidades de que te pase algo es mayor. Pueden quitarte la chupa, puedes perder las gafas, puedes acabar cantando corridos con un mexicano... En fin, la calle me consume y yo consumo la calle