Bar Nazi

miércoles, 20 de febrero de 2008

 

El bar 'Orpheo' reúne a macarras y neonazis en pleno Casco Histórico de
Zaragoza. 14 de febrero de 2008

La antigua cafetería Orpheo, al parecer por un cambio de dueños, ha pasado de ser el típico bar de barrio a convertirse en un 'after hour' donde se da cancha a elementos violentos de carácter fascista y racista.

Desde hace algunas semanas, los vecinos, bares y comercios de la calle Santa Isabel de Zaragoza han obsrevado como, durante las mañanas de los sábados y los domingos, un nutrido grupo de 'macarras' (dicen algunos), 'nazis' (dicen otros), hacen de esa céntrica calle del Casco Histórico (entre la calle Alfonso y la Plaza del Justicia) un ring para las peleas y las palizas.

Ya informó Heraldo de Aragón, a partir de una nota policial, de la paliza sufrida por un joven negro a manos de un grupo de neonazis que salieron del bar Orpheo a la 1 del mediodía. Las vecinas llamaron a la policía, la cual encontró (según fuentes de Heraldo) bates de beisbol y lindezas similares en su interior. Parece ser que esta agresión no es una excepción, sino una norma de las mañanas de los fines de semana. El establecimiento, sito en la calle Santa Isabel número 5, cambió hace algunas semanas su horario habitual de cafetería, comenzando a abrir sus puertas, además de por la noche, a las 12 de la mañana de los sábados y
domingos.

Un grupo de unos 12 neonazis, con visibles enseñas fascistas, se ha empezado a juntar allí, llenando la zona de violencia, intimidaciones y agresiones al vecindario. El pasado fin de semana, el bar no abrió por la mañana, lo cual no quiere decir que haya cerrado, ya que alterna sus horarios según le viene en gana, como han corroborado bares, comerciantes y vecinos de la calle.

Algunas asociaciones y vecinos han comenzado a llamar a la policía para denunciar los hechos, así como a comunicar públicamente que el bar Orpheo está siendo lugar de reunión y actividades de grupos de macarras y neonazis, sin que se sepa si alguno de ellos ha sido detenido. Una vez más, la presión popular tiene que pedir a Delegación de Gobierno que actúe
ante la impunidad neonazi, antes de que el conflicto en la zona pase a mayores.

La mañana del jueves, la encargada de un bar de la calle Santa Isabel limpiaba, fregona en mano, los restos de sangre en su fachada, tras la última paliza matutina.

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